martes, 21 de diciembre de 2021

ESTAMOS CERCA DE LA PRÓXIMA EXTINCIÓN MASIVA DE LA HUMANIDAD TERRESTRE

Es duro decirlo pero, según los expertos estamos en el inicio de la sexta extinción masiva de humanos, animales y plantas en nuestro planeta. Según dicen para el 2.100 habremos desiquilibrado el ciclo del Carbono que, es lo que sustenta la vida orgánica en nuestro planeta. Estamos cerca de "otra extinción masiva", según un experto del MIT Esa es la conclusión de Daniel Rothman, profesor de geofísica, tras analizar las cinco extinciones masivas en el planeta y compararlas con el estado actual de la Tierra. Para Daniel Rothman, profesor de geofísica del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), sí. Y su afirmación se basa en las interrupciones humanas en el ciclo del carbono. ¿Qué tiene que ver el carbono con esto? El carbono es un elemento crucial en los compuestos biológicos del planeta: entre el 45 y el 50% de la biomasa del planeta está compuesta por este elemento. Y esto se basa en un equilibrio muy preciso y resulta clave para la vida: la cantidad que se produce (por ejemplo por la vida vegetal) y la que se recicla (por ejemplo los océanos) necesita este balance de lo contrario el desequilibrio trae consecuencias con un efecto dominó que pueden resultar imparables. De acuerdo con sus estudios, hay una cantidad limitada de carbono que se puede llevar a la atmósfera y a los océanos en un periodo de tiempo geológico, una vez alcanzado ese límite, llega el nivel de extinción masiva. Las principales fuentes humanas de CO2 proceden de la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) y de la deforestación. Los científicos atribuyen la mayor parte de la concentración de CO2 a estas fuentes procedentes de la acción humana. Las emisiones de CO2 se han multiplicado y tienen consecuencias. Es un gas que contribuye al calentamiento del planeta aunque no sea el único. También otros gases naturales (metano, óxido nitroso) o artificiales (gases fluorados) forman parte de los tan mentados gases de efecto invernadero (GEI). De hecho, su aumento en la atmósfera es lo que desencadena el cambio climático, la crisis climática o la emergencia climática. Son tres términos muy cercanos que se utilizan para describir el calentamiento global que sufre la Tierra. Las estadísticas oficiales confirman que no han bajado las emisiones de CO2 durante los últimos años (exceptuando los meses de confinamientos y la caída drástica de la actividad en muchos países debido a la pandemia). En 2017, por ejemplo, la Unión Europea (UE) de los veintisiete emitió 3,9 Gton CO2e (gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente). “Esto representa el 7% de los GEI. Por esta razón, si la UE-27 alcanzara la neutralidad climática tendría un gran impacto en el desafío climático”, reflexiona Joseba Eceiza, socio de la consultora McKinsey & Company. Desde luego, no todos los ámbitos de actividad industrial emiten las mismas cantidades a la atmósfera. Las emisiones se reparten, sobre todo entre cinco sectores: transporte (28%), industria (26%), generación de electricidad (23%), edificios (13%) y agricultura (12%). Sin olvidar los combustibles fósiles, que son la principal fuente (80%) de GEI. De acuerdo con sus cálculos, publicados en Science y en Proceedings of the National Academy of Sciences, el límite es de unas 300 gigatoneladas. Es decir, podemos abrir un poco más el grifo, pero si pasamos de estos 300, la bañera rebalsará y el agua inundará todo lo demás. Y las cifras indican que para 2100 agregaremos a los océanos 500 gigatoneladas. Mucho más del límite calculado por Rothamn. Y no es el único que habla de este sexto evento que ya ha sido bautizad como la extinción del Holoceno, una palabra que proviene del griego y significa todo lo reciente. ¿Qué podemos hacer para evitar nuestra extinción? Pues además de a nivel mundial de tomar medidas urgentes para no superar el límite que rompe el equilibrio del Carbono en la superficie y aguas de nuestro planeta, si cada uno de nosotros ponemos en práctica unas sencillas medidas podemos conseguir no superarlo. Algunas de ellas son: Apagar las luces. Incluso si lo haces durante unos segundos, ahorras más energía de la que se necesita para encender la luz. A partir de ahora, apaga siempre las luces de las habitaciones que no se estén usando. Cambiar las bombillas viejas por bombillas LED o de bajo consumo. Esta medida ayudará a salvar el medio ambiente y ahorrará costes de energía. Desconectar aparatos electrónicos, como televisores u ordenadores, cuando no los estés usando. La mayoría de estos aparatos siguen consumiendo energía incluso cuando están apagados. Reducir residuos. Para ello será necesario utilizar botellas o tazas reutilizables en lugar de recipientes de un solo uso. Evitar los baños. Esta medida y reducir los minutos de ducha, ahorrará una gran cantidad de agua todos los días. Reducir el consumo de carne. Necesitamos iniciar un cambio hacia dietas basadas en vegetales, ya que la producción y distribución de carne tiene un impacto perjudicial en las emisiones de gases de efecto invernadero. Comprar productos locales y de temporada. Estos son más respetuosos con el medio ambiente. Llevar tu propia bolsa cuando compres para evitar usar bolsas de plástico. Reciclar productos usados de papel, plástico, vidrio y aluminio para evitar que los vertederos crezcan. En la medida de lo posible, elige el transporte público o la bicicleta en lugar de ir en coche y así contribuirás a reducir emisiones.